Palabras de la Ministra de Relaciones Exteriores María Angela Holguín en la Conferencia de Cámaras de Comercio Americanas de América Latina

Conferencia de la Asociación de Cámaras de Comercio Americanas de América Latina.

S.E. Sra. María Angela Holguín

Ministra de Relaciones Exteriores

Cartagena de Indias, Junio 12 de 2011

Para mí es muy grato participar en la inauguración de la Conferencia de la Asociación de Cámaras de Comercio Americanas de América Latina.

Colombia les da la bienvenida a esta ciudad de Cartagena. Esta ciudad con su historia, su arquitectura, su clima y su gente se unen para tener una de las ciudades más atractivas del continente, y patrimonio mundial de la humanidad.

Colombia atraviesa por un gran momento donde la política de seguridad de la última década nos ha traído importantes resultados que nos permiten mirar nuestro futuro con optimismo y concentrarnos en nuestro desarrollo social y económico para mejorar la calidad de vida de todos los colombianos.

Varios analistas con lo cual coincide el Presidente Santos, consideran que esta es la Década de América Latina. Tenemos lo que el mundo necesita: recursos naturales; energía; bosques; biodiversidad; capacidad para producir alimentos. Un capital humano joven, calificado y en crecimiento; una clase media, que también crece cada día, y que por su tamaño e impacto en el mercado puede reorientar los patrones de producción y consumo. Somos, claramente, un socio muy atractivo. Todo esto en un contexto caracterizado por la estabilidad política y con unas economías que registran un crecimiento consistente y cuyas perspectivas son aún mejores. Donde cada día más este crecimiento no depende de los modelos políticos.

Ustedes tendrán la oportunidad en el transcurso de este seminario de escuchar al Dr. Raúl Rivera, autor de “Nuestra Hora: Los latinoamericanos en el Siglo XXI”. Tuve la oportunidad de leer su obra.

En este libro, el autor dice, y cito textualmente, “La mayor parte del mundo tiende a vernos como una región pequeña y subdesarrollada, poco significativa en el contexto global y propensa a las dictaduras, atrapada por los tentáculos del narcotráfico, fragmentada en numerosos países muy diferentes unos de otros, tentada desde la época de Bolívar a embarcarse en esfuerzos integracionistas destinados al fracaso, económicamente frágil e inestable, poblada por gente violenta y poco agraciada.” 

Continúa el Dr. Rivera, “Ha llegado la hora de deshacernos de estas visiones erradas, obsoletas e impropias sobre nosotros y nuestra región, ya que no resisten una confrontación con la evidencia, nos impiden conocernos como realmente somos y minan nuestro interés por reflexionar seriamente sobre nuestra identidad.” 

El autor nos invita a hacer esta reflexión y a tomar acciones consecuentes. Yo los invito a ustedes desde el sector privado a que lo hagamos juntos. Llegó el momento de cambiar esta imagen equivocada de Latinoamérica. Y su compromiso es fundamental para alcanzar esta transformación.

Colombia en su política exterior tiene como prioridad su relación con el continente americano. Estamos convencidos que las relaciones se fortalecerán y permitirán generar prosperidad a nuestros pueblos en la medida en que la búsqueda de unidad e integración se base en el respeto por las diferencias. 

La disposición al diálogo y la concertación, una visión conjunta de futuro y la identificación de oportunidades en un continente con grandes recursos humanos y naturales nos deben llevar a construir una América próspera para todos. 

Con esta convicción, Colombia participa en varios foros de integración, subregionales y regionales. Dentro de ellos, la Alianza del Pacífico creada recientemente tiene especial significado por su enfoque pragmático. Esperamos con ella profundizar las relaciones económicas y financieras entre México, Perú, Chile y Colombia. Y también que sea una plataforma de acercamiento y consolidación de acuerdos, por qué no, de libre comercio, con países en el Asia y el Pacífico. Hemos solicitado a los países de ASEAN el establecimiento de un diálogo político para afianzar los vínculos entre estas dos regiones. 

El Caribe seguirá siendo una región de alta prioridad. No sólo por nuestra condición caribeña sino por los vínculos históricos y las realidades y retos del presente que debemos enfrentar de manera conjunta. El Presidente Santos asistirá a la Cumbre del CARICOM el 2 de Julio y mantendremos nuestra voluntad y compromiso de cooperación y afianzamiento de las relaciones comerciales y políticas con nuestros socios en el Caribe. 

El Presidente Santos también participará en la Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica en Guatemala el 22 de Junio. Desde hace varios años nos hemos comprometido con Centroamérica para apoyar y consolidar sus capacidades en la lucha contra el crimen transnacional organizado. El Ministerio de Defensa Nacional y la Policía Nacional de Colombia han trabajado de cerca con instituciones de los países de América Central fortaleciendo su capacidad de respuesta.

Para nosotros es una prioridad, pues sabemos que las garantías de seguridad son fundamentales para que el sector privado desarrolle sus actividades. 

Una Latinoamérica unida en propósitos y objetivos, respetando sus diferencias, es una Latinoamérica que puede trabajar con Estados Unidos en proyectos de beneficio mutuo. La retórica de la confrontación y la descalificación debe quedar atrás para fomentar relaciones de confianza buscando el desarrollo social y económico para nuestros ciudadanos.

Estados Unidos tiene hoy una oportunidad única para acercarse a la región, para aprovechar los espacios económicos y comerciales que nuestra riqueza ofrece, con una visión de mutuo beneficio. La diversificación en las relaciones internacionales de América Latina y el Caribe debería ser una oportunidad aún mayor para Estados Unidos para fortalecer relaciones equitativas.

Colombia es un país puente en las Américas. Somos un país conector en el continente y como tal queremos contribuir a la consolidación de los modelos de integración y cooperación para la construcción y consolidación de la “Década de América Latina.”   

En este contexto, de compromiso americano, Colombia será sede de la VI Cumbre de las Américas, en Cartagena, los días 14 y 15 de abril de 2012. 

Como es de su conocimiento esta es una iniciativa que el Gobierno de los Estados Unidos lanzó en 1994. Busca crear una asociación de naciones americanas al más alto nivel político, sustentada en la práctica y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Un espacio para dialogar sobre los problemas más apremiantes del continente y para aunar esfuerzos con miras a promover el crecimiento y el desarrollo sostenidos de nuestros países y mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos.

Esta iniciativa fue prontamente acogida por el resto del continente y, hasta la fecha, se han celebrado cinco Cumbres (Miami, Santiago, Quebec, Mar del Plata y Puerto España) y dos Cumbres Extraordinarias (Santa Cruz de la Sierra y Monterrey).

En este sentido, nos hemos propuesto organizar una Cumbre con resultados. Una Cumbre que transmita al mundo un mensaje de unión y optimismo. Con una temática que proyecte al continente americano como el actor internacional de primer orden, consciente de las fortalezas que posee, que hacen de las Américas un territorio de oportunidades, habilitado para trabajar con determinación en la superación de sus dificultades.

Tenemos dos herramientas que ofrecen grandes oportunidades para dinamizar esas fortalezas: la integración física del hemisferio y la práctica del concepto de la cooperación solidaria.

Existe un consenso muy claro en cuanto al rezago que las Américas registran en materia de infraestructura. Y los estudios que se han adelantado son también muy claros en cuanto a los beneficios que la integración física, a nivel regional, sub-regional y nacional tienen sobre las economías y el desarrollo social y sostenible de aquellas zonas que hoy están prácticamente incomunicadas. 

Promover proyectos que actualicen y fortalezcan nuestra infraestructura férrea, fluvial, de carreteras, portuaria, aeroportuaria; proyectos de interconexión energética y virtual; esquemas que faciliten el transporte aéreo y marítimo en la zona continental y con los Estados insulares del Caribe. 

Ya existen ejemplos que nos hablan de los beneficios de estos esquemas de integración, como el Proyecto Mesoamérica o los que se han planteado en el marco de la Comisión de Infraestructura de UNASUR.

El desarrollo de la infraestructura es al mismo tiempo un mecanismo que contribuye a la creación de empleo y al incremento de la producción y la inversión. Es, sin lugar a dudas, una excelente herramienta para generar prosperidad.

La segunda herramienta que nos ayudará a potenciar las fortalezas del hemisferio es el de la cooperación solidaria. Este concepto emanó de la Primera Cumbre de las Américas y ha evolucionado a través de los tres planes quinquenales que, hasta la fecha, ha diseñado y ejecutado la Organización de los Estados Americanos.  

Se trata de una cooperación que apoya los esfuerzos de los Estados para alcanzar un desarrollo integral y sostenible, y privilegia proyectos de alcance regional o sub-regional creando sinergias con los demás organismos e instituciones que brindan cooperación en el hemisferio.  

Miramos con optimismo el futuro de las Américas, y nos proponemos dinamizar las fortalezas para elevar nuestro nivel de competitividad y eficiencia en un mundo cada vez más interconectado. No desconocemos los retos que todavía enfrentan nuestras sociedades. 

Estos se relacionan con temas de pobreza, inseguridad, desastres naturales y acceso para educación y salud en el uso de tecnologías en las poblaciones rurales. 

Nos interesa que los resultados de la Cumbre se reflejen en mandatos que sean reducidos en su número, muy focalizados, cuenten con financiación para su ejecución y con una supervisión que asegure su cabal y eficiente implementación. Creeremos en los resultados de las Cumbres el día que logremos concretar y ejecutar los compromisos y acuerdos adquiridos. Y eso es lo que nos proponemos.

Para esto, la participación del sector privado es fundamental. Sus ideas, sugerencias y recomendaciones serán vitales ya que solamente las relaciones entre gobiernos y actores económicos relacionados con el desarrollo lograrán crear bienestar a nuestras gentes. 

Estoy convencida que una asociación de esfuerzos en proyectos de esta envergadura, contribuye a la promoción de esa sinergia tan deseada y necesaria entre los sectores público y privado del continente y en cada uno de nuestros países.

Se trata, en últimas, de forjar una alianza con ustedes, de identificar espacios para la inversión y de trabajar conjuntamente para que nosotros, como Estados, aseguremos un contexto adecuado para el eficiente desarrollo de sus actividades. 

Así mismo, para que ustedes, como empresarios, materialicen los principios de la responsabilidad social empresarial al establecer un relacionamiento positivo y respetuoso con el Estado receptor, con las comunidades donde se ubiquen, con sus trabajadores y con el medio ambiente.

El lema de la Cumbre refleja nuestra visión del continente: “Conectando las Américas: Socios para la Prosperidad”. Este será el punto de partida para fortalecer la construcción de una América próspera y equitativa, dispuesta a expandir sus vínculos e interacción.

Por todo lo anterior, hoy quiero invitarlos, a unirse con decisión a la búsqueda de esta unión americana respetuosa de su inmensa diversidad y consciente de su potencial y del papel que le corresponde jugar en el escenario internacional.

Concluyo citando nuevamente al escritor Rivera: debemos “asumir el rol que nos corresponde en cada una de nuestras sociedades, liderando y participando en nuestra transformación en una región bien desarrollada en la que nos sintamos orgullosos de vivir verdaderamente nuestra, de todos nosotros.” 

Gracias.