Para mayor información vea el siguiente documento: Historia de la Cancillería
Historia del Palacio de San Carlos
La historia del Palacio de San Carlos se remonta a finales del siglo XVI, cuando Francisco Porras Mejía, arcediano de la Catedral ordenó su construcción.
En ese entonces, Santafé era capital de la Presidencia de la Nueva Granada, dependiente del Virreinato del Perú (1564 - 1718). La edificación sirvió de morada a familias de la aristocracia hasta el 18 de octubre de 1605, cuando los herederos del Arcediano la vendieron al Arzobispo de Santafé, fray Bartolomé Lobo Guerrero, pasando a ser sede del Colegio Seminario de San Bartolomé, fundado por él.
En 1767, se instaló allí la primera imprenta que funcionó en Santafé.
El seminario permaneció hasta 1767, cuando el Rey Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas de las posesiones españolas en América. Este hecho originó el nombre de San Carlos, probablemente en honor al gran santo de Milán, Carlos Borromeo, o por alusión al monarca español.
A partir del 7 de enero de 1777, se convierte en primera sede de la Biblioteca Pública de Santafé, incluso, fue la primera sede del Batallón Guardia Presidencial.
Posteriormente recién obtenida la Independencia, las finanzas de la Nación son precarias y el General Santander, mediante Decreto del 12 de marzo de 1822, autoriza la venta del Palacio de San Carlos.
El 16 de noviembre de 1827, la capital de la República es sacudida por un fuerte temblor de tierra que afecta seriamente las estructuras de iglesias, conventos y del entonces Palacio Presidencial, que estaba ubicado sobre el marco de la Plaza Principal, donde hoy está el Capitolio.
El Presidente y Libertador Simón Bolívar ve, en el Palacio de San Carlos el edificio más adecuado para trasladar la sede de gobierno de "La Gran Colombia" y autoriza su compra, la cual se efectúa el 22 de febrero de 1828 por 70 mil pesos.
El Palacio se convierte, a partir del 10 de julio de 1908, en sede de la Cancillería.
Hacia 1937, son adquiridos por el gobierno los predios vecinos al Palacio de San Carlos sobre el costado oriental para construir allí la entrada principal sobre la calle 10 y se elabora un proyecto arquitectónico consistente en dejar la parte actual para recepciones y construir un edificio de tres pisos para instalar las oficinas del Ministerio. De esta obra se encarga al arquitecto italiano Pietro Cantini, aprovechando que acababa de construir el Teatro de Colón en conmemoración al cuarto centenario del descubrimiento de América.
La nueva fachada del Palacio en la Calle del Coliseo (calle 10) se incorpora, formando un histórico conjunto con la casa donde nació el poeta Rafael Pombo, el Teatro Colón y con la Casa Colonial que hoy es sede de la Academia Diplomática de San Carlos, construida hacia 1790 por el abogado y funcionario del Virreinato de la Nueva Granada, Enrique Umaña.
Mediante el decreto número 1584 del 11 de agosto de 1975, el Palacio de San Carlos es declarado Monumento Nacional, junto a otras históricas edificaciones públicas, como el Observatorio Astronómico Nacional, El Capitolio Nacional y la Casa de la Moneda.
El 4 de diciembre de 1981 el Palacio de San Carlos vuelve a ser sede de la diplomacia colombiana.
Finalmente, el 23 de diciembre de 1993, el Ministerio de Relaciones Exteriores recibe oficialmente, del Fondo de Inmuebles Nacionales, las edificaciones anexas al Palacio de San Carlos.