París, 9 de noviembre de 2023. - @CancilleriaCol-
Señora presidenta del Conferencia General de la UNESCO
Señora presidenta del Consejo Ejecutivo
Señora directora General
Distinguidas y distinguidos jefes de delegación
Tengo el honor de dirigirme a ustedes por primera vez como ministro de Relaciones Exteriores de la República de Colombia, desde un escenario cuyo máximo principio ha sido la consecución de la paz, a través de la Educación, la Ciencia, la Cultura, la información y la comunicación: la UNESCO.
Presento el saludo de mi país y particularmente a todos ustedes, del señor presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrrego.
Qué mejor que estar acá en medio de una coyuntura internacional tan dolorosa e inhumana que nos exige hacer un llamado unánime y firme por la Paz. No es coincidencia que en el preámbulo de la Constitución de la UNESCO señale que «(…) puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz (…)».
Es verdad que vengo de un país que conoce el dolor de la guerra y que le ha dado la oportunidad a la Paz. Durante más de medio siglo vivimos en medio del conflicto armado de mayor antigüedad en el hemisferio occidental y, a través del diálogo, los colombianos logramos un Acuerdo de Paz en el 2016 que hoy, siete años después, nos permite avanzar en el propósito de ser una Potencia Mundial de la Vida.
Como promotor y articulador de paz que he sido desde 1984, puedo confesarles que no ha sido un camino plano ni recto. Por el contrario, ha sido uno lleno de obstáculos que ha forjado en mí una fe inquebrantable en que la paz es la única opción para avanzar como especie.
Y que la determinación de mi país coincide plenamente con los pilares de la UNESCO. La educación es un factor transversal para el Gobierno de Colombia y, en ese sentido, nuestro proyecto de Ley Estatutaria de Educación es una de las grandes apuestas que busca saldar una deuda histórica en la que se establezca la educación como un derecho a partir de la primera infancia.
Asimismo, adelantamos acciones que permitan resignificar la jornada escolar e impulsar una formación integral que abarque áreas como la reconciliación, el antirracismo y la lucha contra el cambio climático, pero que también incluya las artes, los saberes, el deporte, la ciencia y la tecnología.
Otro aspecto fundamental ha sido el fortalecimiento de la educación superior pública para garantizar que nuestros jóvenes y adultos continúen sus estudios y cuenten con más oportunidades de desarrollo y trabajo digno.
Para lograrlo, nuestro Gobierno se ha comprometido a:
1. Crear 500 mil cupos orientados a jóvenes provenientes de las zonas más vulnerables del país.
2. Avanzar en la gratuidad de las matrículas.
3. Asignar recursos adicionales a las instituciones de educación superior, para así alcanzar una cobertura de la educación por encima del 62% de la población total.
La integración de la población migrante venezolana también ha sido una de nuestras prioridades y hoy representa cerca del 6,4% de la matrícula total en el sistema educativo del país.
Conscientes de la creciente internacionalización de la educación, hemos renovado nuestro compromiso con la ratificación de los convenios Regionales y Mundial sobre Convalidación de Títulos y agradecemos a la UNESCO y a los países de América Latina y el Caribe la confianza depositada en nosotros para que, junto con Argentina, los representáramos en el Comité Directivo de Alto Nivel del Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 4 (sobre Educación de Calidad) ¡Fue realmente un honor!
Colombia es un país comprometido también con el cumplimiento efectivo de las convenciones del sector cultural de la UNESCO, pues son un instrumento que materializa los esfuerzos de esta organización y de sus Estados Miembros para salvaguardar y proteger la integridad del patrimonio cultural y natural de todas las naciones del mundo, y fortalecer las expresiones artísticas y las industrias culturales y creativas como motores del desarrollo sostenible.
Colombia, en efecto, tiene una trayectoria significativa en la salvaguardia de los oficios, prácticas y saberes colectivos de las comunidades y grupos étnicos, porque sabemos que su reconocimiento significa el fortalecimiento de procesos propios, solidarios y populares. Actualmente, contamos con 13 manifestaciones inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural y esperamos que en la Decimoctava Sesión del Comité Intergubernamental de la Convención de 2003, ingrese la partería a dicha lista como producto de un arduo trabajo conjunto con Alemania, Chipre, Eslovenia, Kirguistán, Nigeria, Togo y Luxemburgo.
Construir una cultura alrededor de la vida va de la mano con el fortalecimiento de la sabiduría ancestral, las lenguas originarias, los cantos, las danzas y los relatos, como formas de pertenecer y sostener el sentido mismo de la vida.
Por ello, en el marco del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032 liderado por la UNESCO, ponemos a disposición del mundo las experiencias colombianas con el Plan Decenal de Lenguas Nativas, diseñado con innovadoras estrategias como los «Círculos de la Palabra» que facilitaron un trabajo mano a mano con nuestros pueblos indígenas, gitanos, palenqueros y raizales. ¡A eso queremos apostar al ser miembros del Comité de Dirección del Equipo de Trabajo Mundial del Decenio!
Ser una Potencia Mundial de la Vida también significa vivir en armonía con la naturaleza y, por ello, nos honra ser miembros hoy del Consejo Ejecutivo de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, escenario desde donde podremos compartir nuestra experiencia de más de 20 años en materia de políticas públicas dirigidas a la conservación de los océanos, las zonas costeras y marítimas, y contribuir al desarrollo de la investigación científica y la aplicación de tecnologías innovadoras que permiten vincular las ciencias oceánicas con las demandas de la sociedad.
De hecho, estamos ante un momento único: el Decenio de las Ciencias Oceánicas 2021-2030 nos permitirá trabajar juntos para conseguir el océano que necesitamos para el futuro que queremos.
Hoy, en consecuencia, nos enorgullece contar con seis reservas de biosfera declaradas por la UNESCO, siendo la más reciente la de Tribugá-Cupica-Baudó, la primera ubicada en el Pacífico colombiano. Confiamos en que el futuro reconocimiento del Darién Norte Chocoano como reserva de biosfera, contribuirá al fortalecimiento de la gobernanza territorial y el empoderamiento local, la promoción de actividades económicas basadas en la conservación de la naturaleza, y la preservación de la diversidad cultural y biológica presente en dichos territorios.
Estamos absolutamente convencido de que pertenecer a la Red Mundial de Reservas de Biosfera es una herramienta para materializar la paz en los territorios y apostar a un desarrollo sostenible.
Queridos colegas,
Retomo hoy ante ustedes las palabras del señor presidente Gustavo Petro en la más reciente Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el pasado mes de septiembre. ¡Es la hora de la paz! De la Paz Total con justicia social, ambiental, cultural y económica, a través del fortalecimiento del multilateralismo, la cooperación y el compromiso con la Agenda 2030. El desarrollo económico, la sostenibilidad social y ambiental no pueden seguir siendo asumidos como procesos independientes.
La UNESCO es precisamente ese espacio donde podemos sacudirnos y despertarnos de las catástrofes políticas y medioambientales, pues es por excelencia un espacio de diálogo, intercambio, relación y reciprocidad.
Queremos compartir con ustedes, como lo hemos venido haciendo a través de nuestra activa participación en diferentes programas y con el cumplimiento de todas las convenciones, las tradiciones y sabidurías ancestrales de Colombia. En ellas encontramos la guía para construir un futuro lleno de significado y conexión con la tierra, con nuestros antepasados y con nosotros mismos. Que cada paso que demos hacia el futuro esté impregnado de respeto, sabiduría y gratitud por aquellos que vinieron antes y por aquellos que vendrán después de nosotros.
Sabemos que en la UNESCO tenemos un aliado y confiamos en que la UNESCO encuentre en Colombia un socio para el logro de dos de sus prioridades estratégicas que también son dorsales de nuestra política exterior: la equidad de género y el relacionamiento con África.
Por una parte, Colombia está construyendo una política exterior feminista, pacifista, participativa e interseccional, orientada a promover la equidad y los derechos de las mujeres en todas sus diversidades, y por otra, está logrando un acercamiento sin antecedentes al continente africano para contribuir a saldar una deuda histórica con el continente, para contribuir a saldar una deuda histórica que la humanidad entera aún tiene con la cuna del mundo.
Invito a los demás países a sumarse en dichos propósitos para lograr un mundo equitativo, justo, diverso y sobre todo en paz.
Señora presidenta, la Unesco tiene que convertirse en la conciencia moral de la humanidad en el norte de la recta razón. Estamos en una época de caos planetario, en el reino de los gases de efecto invernadero, de guerras que buscan la victoria sin consideración de las muertes de niños y niñas inocentes que caen como insectos, de la anulación de los derechos de cientos de miles de madres y ancianos que se les trata como cifras en cuentas antihumanas de pérdidas y ganancias.
Estamos en los tiempos de migración salvaje en la que no hay diferencia entre la selva del Darién, nido de muerte y el mar mediterráneo, depósito contemporáneo de cadáveres.
Hoy en el planeta Tierra la noche de la desesperanza dura más que el día de la esperanza.
Nuestro presidente Gustavo Petro Urrego, diseñador de la doctrina de la Paz Total a partir de Colombia como potencia mundial de la vida, llama la atención del valor de la recta consciencia colectiva a partir de ese principio esencial salvador de la dignidad de la persona humana.
Señora presidenta, sea usted la conductora de una nueva política de amor, de solidaridad, de rectitud, de la correcta razón. Ese es su reto. Colombia y su presidente la acompañan en su cometido. Ni un paso atrás, señora presidenta.
¡Muchas gracias!
Álvaro Leyva Durán
Ministro de Relaciones Exteriores