En Bomas de Kenia, frente a más de 1.700 personas, Rafael Palacios, director del grupo afrocolombiano Sankofa Danzafro, presentó el final de una residencia artística de jóvenes bailarines de los grupos kenianos 'Harambee' y 'Kika’ de Kibera', llamada: 'Kurudi en doble vía', en el marco del proyecto cultural 'Akan, volver a la raíz', de la Embajada de Colombia en Kenia como parte del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior. 

Esta presentación, realizada en medio de la gira por Kenia de la Vicepresidenta Francia Márquez, en compañía del Viceministro de Relaciones Exteriores, Francisco José Coy, y otros delegados del gobierno colombiano, empresarios, cámaras de comercio, artistas y representantes de la sociedad civil, también cerró la robusta agenda cultural emprendida por Sankofa Danzafro en el continente africano.

La residencia artística dirigida por Rafael Palacios, es una muestra del fortalecimiento de las relaciones entre Colombia y África, representa una oportunidad tangible de movilidad artística y evidencia las grandes posibilidades de intercambio cultural que se abren para el país.

La política exterior colombiana prioriza en su discurso la diplomacia cultural como un canal de construcción de paz y, a la luz de la Estrategia África que reposa en el Plan Nacional de Desarrollo, como una forma de reencontrarse con las raíces.

 

’Kurudi en doble vía'
Por Rafael Palacios

El retorno es incompleto si es deseado solo por la diáspora. África es efectivamente la tierra madre de los afrodescendientes, esa familia lejana que nos vio partir para no regresar, que no pudo atajar el secuestro de miles de seres humanos que luego se encontrarían despojados de toda humanidad.

Sin embargo, sus espíritus guerreros no abandonaron esos cuerpos encadenados en alta mar y, al contrario, susurraron secretos antiguos para que en medio de la tragedia y desesperanza encontraran la manera de resistir para sobrevivir.

La República de Kenia recibió esta vez un grupo de mujeres y hombres afrocolombianos que anhelaron en algún momento de sus vidas retornar a esa tierra lejana que siempre sintieron como propia, con la ilusión de vivir una experiencia única que les devolviera un fragmento de su ser opacado por el vacío histórico que dejó en ellos la modernidad y su trata esclavista.

Pero si bien reconocemos las huellas que el continente africano ha dejado en nosotros, ¿cómo podría África verse reflejada en sus hijos de otras tierras? Buscamos entonces mutua relación. Gracias a las historias talladas en nuestros cuerpos danzantes, irrumpen autobiografías comunes que trascienden todos los tiempos, desdibujan fronteras, acercan distancias geográficas, políticas y humanas, creando narraciones nuevas que se basan en antiguos soplos de vida inmemorables con el fin de preservar la luz de África en el mundo entero.

‘Kurudi en doble vía’, es la gran oportunidad que se abre ante nuestros ojos para posicionar futuros posibles y crear nuevas realidades conjuntas desde el Sur global entre la República de Kenia y la República de Colombia.
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