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Intervención de la Canciller Claudia Blum en la conmemoración de los 50 años de la Comunidad Andina de Naciones

Señora Ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Karen Longaric Rodríguez, Presidente Pro Témpore de la Comunidad Andina,

Ministros de Relaciones Exteriores de Ecuador, José Valencia Amores, y de Perú, Gustavo Meza-Cuadra,

Viceministra de Comercio de Bolivia, Claribel Sandra Aparicio Ferreira,

Viceministro de Comercio Exterior de Ecuador, Diego Caicedo,

Director de Negociación del Ministerio de Comercio y Turismo de Perú, José Luis Castillo,

Ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, José Manuel Restrepo.

Secretario General de la CAN, Jorge Hernando Pedraza,

Autoridades de los órganos de la CAN,

Embajadores de países de la CAN,

Delegados de los países observadores,

Miembros del cuerpo diplomático,

Señores congresistas, gobernador de Bolívar, alcalde de Cartagena,

Empresarios, invitados especiales, señoras y señores:


Reciban un fuerte abrazo de bienvenida. Esta es su casa,

Hace cincuenta años, a pocas calles de este Teatro que entonces se llamaba Heredia en honor al fundador de la ciudad, se suscribió el Acuerdo de Cartagena que dio origen al proceso de integración andina.

Ha sido una historia de logros y retos, en una región y un entorno global con cambiantes panoramas económicos y políticos. Un camino en el que los cuatro Estados miembros hemos demostrado la capacidad de hacer frente a los desafíos que cada época nos ha planteado, para mantener vigente a la CAN.

A finales de los 60, fuimos capaces de crear un mercado ampliado en tiempos en que se cuestionaban los modelos económicos, y en años de complejidad política para los países latinoamericanos.

Cuando en la década de los noventa el mundo se encaminó hacia la globalización y transformó los marcos políticos de la Guerra Fría, respondimos con los Protocolos de Trujillo y de Sucre. Con ellos, pasamos del Pacto Andino a la Comunidad Andina. Y creamos el Sistema Andino de Integración que, con instituciones y regulaciones supranacionales, ha apoyado el avance de una subregión culturalmente diversa, que comparte una historia de siglos.

Estos marcos no solo apoyaron la inserción andina en la economía global; también ampliaron la agenda comercial a temas sociales, técnicos y políticos, incluida la defensa de la democracia y la promoción de los derechos humanos.

Otro momento de transformación lo vivimos en la última década, con el proceso de reingeniería en que venimos trabajando para consolidar a la CAN en aquellas áreas en las que aporta mayor valor agregado. Los objetivos han sido evitar la duplicación de trabajo y fomentar las sinergias con otros mecanismos de integración. Y, sobre todo, asegurar que el ciudadano andino sea el centro de los esfuerzos.

Las normas migratorias de libre circulación, la interconexión eléctrica regional, y la cooperación frente a desastres, son algunos ejemplos de temas que impactan la vida cotidiana de los más de 110 millones de habitantes que integran la CAN.

Estimados colegas e invitados:
Hoy quiero destacar la especial atención que la Presidenta de Bolivia Jeanine Áñez Chávez y su Canciller han dedicado a la CAN. Destacamos el empeño de su Presidencia pro Témpore en culminar las consultas sobre decisiones relativas a migración, minería ilegal, telecomunicaciones y prevención de desastres en la región.

En próximos meses, Colombia asumirá la Presidencia Pro Témpore, y el presidente Iván Duque Márquez espera también liderar procesos para el fortalecimiento económico de la subregión andina y para tener una agenda social y de cooperación vigorosa.

En los años que siguen, la CAN tiene el reto de apoyar a los Estados miembros en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Esto incluye, por ejemplo, que se involucre en el fomento de la innovación, las industrias creativas y la economía naranja; en la promoción de la economía circular; el liderazgo en energías renovables; la coordinación de las políticas ambientales en una región rica en recursos y biodiversidad; la inserción en la cuarta revolución industrial; y la lucha contra la corrupción, entre otras iniciativas.

La CAN tendrá también un gran papel en la recuperación económica y social de Venezuela, una vez retorne la democracia.

Adicionalmente, la CAN está llamada a interactuar de manera más proactiva con otras instancias subregionales como MERCOSUR, CARICOM, el SICA centroamericano, o el naciente PROSUR, e incluso con asociaciones regionales de otros continentes que promueven el comercio, el desarrollo y la cooperación, como la ASEAN del Sudeste asiático y la Comunidad Euroasiática.

Amigos todos:
La integración andina debe ser cada vez más ambiciosa, innovadora y eficaz, para que siga impulsando el fortalecimiento institucional y la competitividad de las economías andinas en el contexto global. Así mismo, debe promover el desarrollo cada vez más equilibrado de los cuatro países miembros, para construir equidad y bienestar en nuestras comunidades.

Al cumplirse medio siglo, siempre nos queda la pregunta de qué hubiéramos hecho diferente para avanzar más rápido en la integración de nuestros países.

Podríamos plantear muchas respuestas, pero de una cosa estoy segura: nuestra integración será más fuerte si más allá de la probada voluntad política de los Estados miembros, trabajamos con decisión por involucrar en el proceso a todos los sectores de nuestras sociedades.

La CAN no es un propósito cerrado de los Gobiernos y de actores económicos de los cuatros países. Por el contrario, el objetivo de la integración tiene que abrirse cada vez más, y transformarse en prioritario para los gremios de la producción y el universo empresarial, para los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil, los sectores culturales, los jóvenes, las comunidades étnicas, la academia y los medios de comunicación.

El día que cada habitante de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia se sienta personalmente como un ciudadano andino y comprenda las oportunidades que esa identidad nos brinda para nuestra vida y nuestro futuro, podremos decir que estamos en la ruta firme de la integración andina. Y estaremos seguros de que en los próximos 50 años nada nos va a desviar de ese camino.

Muchas gracias.