Discurso del canciller encargado Luis Gilberto Murillo Urrutia en la posesión de Claudia Patricia Mosquera como embajadora de Colombia en Senegal, el 2 de mayo de 2024. El canciller se refirió a la importancia de las relaciones con el continente africano, así como también a la ruptura de relaciones con Israel.
Este es un acto muy especial: la ceremonia de posesión de la embajadora de Colombia ante la República de Senegal. Una nueva embajada. La señora Claudia Patricia Mosquera Rosero, una destacada académica y lideresa del movimiento social, en general, y del movimiento afrocolombiano y profesora de la Universidad Nacional. Y una muy buena amiga.
Quisiera resaltar su liderazgo y también decirle que es bienvenida a este equipo y estamos seguros de que la estrategia África 2022-2026, liderada por la vicepresidenta Francia Márquez, y la relación bilateral con Senegal se van a ver muy fortalecidas.
Quisiera también darle la bienvenida a su familia, a su esposo Michel Labbé e igualmente resaltar la presencia del embajador Francisco José Coy, viceministro de Relaciones Exteriores; la señora Paula Andrea Vázquez Restrepo, secretaria general encargada, el señor Juan José Páez, jefe de Gabinete; también nuestra directora para África, Asia y Oceanía. Resaltar la presencia de la señora Esperanza Biojó, también de Sindis Mesa, de la Fundación Ford; de Ruby León, de Rudy Amanda Hurtado, de Ariel Palacios, de Elmer Quiñones, de Catalina Toro, de Alejandra Londoño, de Gina Rivera y de Tatiana Mosquera, también del señor Alfredo Vargas. Todas, todos muy buenos amigos de mucho tiempo. Me alegra verles acá. Y a todos los invitados especiales que tenemos.
Para mí realmente es un honor ante ustedes y, en nombre del presidente Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez, estar aquí en este hito de la relación entre Colombia y Senegal, toda vez que la posesión de la embajadora Mosquera marca el inicio de una nueva etapa en el relacionamiento sin precedentes en lo que ya decía se denomina la estrategia África 2022-2026.
Pero antes de referirme a este hecho, quisiera, en primer lugar, expresarle mis condolencias, del Gobierno de Colombia, a la familia del embajador Mah Iahdih Nan, de la República Árabe de Saharaui en Colombia, quien falleció. Y le expresamos nuestras condolencias a la República Árabe de Saharaui Democrática y también a toda su familia.
Asimismo, quisiera referirme a los hechos que han estado en el debate público hoy sobre la ruptura, el rompimiento de las relaciones con Israel, que algunos ha tomado de sorpresa, pero yo recuerdo que el presidente Petro desde el 15 de octubre del 2023 planteó esa ruta si no se veía un cambio de comportamiento en las actuaciones del gobierno de Israel en Gaza. Lo recordó el 26 de marzo con la resolución de Naciones Unidas que planteaba un cese al fuego teniendo en cuenta el período del Ramadán. Y dijo: si no se cumple, obviamente que seguiremos esa ruta. Igual, después como gobierno se esperaron los resultados de las negociaciones de cese al fuego y acceso de ayuda humanitaria que lideró y lidera el gobierno de los EE. UU. y que también ha sido hasta ahora rechazado. Y más bien se responde con la posibilidad de entrar con más guerra a Gaza. Y esto no es menor. La cifra de fallecidos en Gaza ya superó 34.000 muertes por ataques de guerra. Muchos niños y niñas.
Colombia habla de paz y no de guerra. Tenemos un compromiso serio con la paz. No es circunstancial. Y también la falta de ayuda humanitaria lleva a más muertes.
Quiero recordar y parafrasear a Martin Luther King cuando dice que llega un momento en que el silencio es una traición y que nuestras vidas comienzan a terminar el día en que guardamos silencio sobre las cosas que importan. Al final no nos acordaremos de las palabras de nuestros enemigos, sino del silencio de nuestros amigos. Y ese era el punto de vista de Martin Luther King, sobre todo por el hecho de permanecer moralmente en silencio frente a lo que sucedía con la población afroamericana, la población negra de los EE. UU. en una época de muchos asesinatos. Y decía Martin Luther King , que estaba de acuerdo con Dante Alighieri, en que los lugares más calientes, que los servideros más fuertes del infierno están reservados para aquellos que en un período de crisis moral mantienen su neutralidad. Llega un momento en que el silencio se convierte en traición.
Entonces quería decirles eso. Y eso no es popular. Eso obviamente no es popular, porque en la última encuesta de Gallup sobre Martin Luther King lo situó, muy poca gente sabe eso, con solo un índice de aprobación del 32%. Porque a la gente no le gustaba lo que decía Martin Luther King. A veces las verdades son difíciles. Inclusive, después de su muerte, inmediatamente después de su muerte, estaba en el 31 %. Inmediatamente después. Y quiero decir esto porque la decisión que se tomó por el Presidente y que venimos revisando desde hace casi ocho meses, obedece a varios pronunciamientos y varios requerimientos que no han tenido eco entre los actores del conflicto. Eso no es tomado a la carrera como algunos creen. Y para resolver este conflicto no es el momento para la guerra, es el momento para la política y para la diplomacia. Y a eso le jugamos en este gobierno.
Ahora, la diferencia entre nuestros estados no va a desaparecer simplemente por desaparecer. Y esperamos que esta decisión ayude, que es compleja y que es dura, a resolver la crisis. Las diferencias entre nuestros estados no se dan simplemente, como decía, por circunstancias. Este es un nuevo escenario que nos permite, como Colombia, no estar en silencio y protestar de forma vehemente, manifestar nuestro desacuerdo con la forma como el gobierno de Israel está manejando la guerra. La guerra tiene leyes y es el Derecho Internacional Humanitario y aquí está en juego el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y el fortalecimiento del multilateralismo.
Y por eso nosotros insistimos que el gobierno de Israel debe ceñirse al Derecho Internacional Humanitario. Vuelvo, insisto, Colombia habla y defiende la paz. Y quería plantear esto hoy porque ese es el marco de las decisiones que ha tomado el gobierno de Colombia.
Con esa introducción que yo creo que era importante decirlo aquí, profesora Claudia, embajadora desde hoy, sin focalizarnos también en una estrategia que ha sido en algunos sectores malentendida: la estrategia África 2022-2026. Acaba el gobierno de realizar una gira por varios países africanos en cabeza de la directora de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia y un grupo de funcionarios y funcionarias, donde queda claro que Colombia tiene mucho que aprender de África, en general, pero también África tiene mucho que aprender de las experiencias de Colombia en muchos sectores: en construcción de paz, en modelos de inclusión, en la profundización de la cultura como instrumento de bienestar social. Y allí hay una enorme tarea de nuestros embajadores y embajadoras en África de conectarnos en beneficio de ambos continentes, en beneficio de las relaciones bilaterales con cada país. Empezando con que la gente solo habla de África como si África fuera un país.
Esta estrategia, que es liderada por la vicepresidenta Francia Márquez y por esta Cancillería, busca fortalecer los lazos entre Colombia y el continente, reconociendo la diversidad social y cultural de ambos y nos puede generar muchas oportunidades comerciales, políticas, diplomáticas, oportunidades de llegar con una sola voz desde el Sur Global al contexto internacional. Y buscamos mayor inserción de Colombia.
Pero establecer una nueva representación colombiana, porque es una nueva embajada, tiene sus retos, retos administrativos. Pero también, embajadora, usted va a tener la loable misión de ampliar y robustecer la agenda bilateral, generando relaciones de amistad, generando procesos más profundos de interacción que, vuelvo e insisto, permitan el mejor entendimiento entre nuestros pueblos, que ambos estemos comprometidos a contribuir a la creación de sociedades más justas y más inclusivas, más incluyentes.
Y hay distintos ámbitos: el desarrollo del turismo sostenible, la conectividad, mencionábamos los culturales. En todos estos puntos, embajadora, se lleva una tarea de inmensas proporciones de la que no cabe duda traerá los mejores resultados. Eso no me cae la menor duda.
No me queda más que desearle éxito por el bien de Colombia y reiterarle que su posesión es un hito en el fortalecimiento de nuestra relación con Senegal y con África. Su labor contribuirá grandemente al crecimiento y a la prosperidad de ambas naciones. Muchísimas gracias por su servicio al país.