Palabras de la Vicepresidenta y Canciller, Marta Lucía Ramírez, en la presentación del informe trimestral de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas

 

Nueva York, 14 de julio de 2022. Para nosotros es muy importante la presidencia de Brasil en esta sesión, casi que tiene un valor simbólico. Quiero reiterar mi saludo a Jineth Lasso, representante de la comunidad indígena, quien ha hecho una extraordinaria presentación de manera virtual, resaltando la valentía y el aporte de tantas mujeres para la construcción de la paz en Colombia. ¡Todas las mujeres somos fundamentales para la construcción de una paz duradera y estable en nuestro país!

Destaco la presencia en el día de hoy del Padre Francisco de Roux, Presidente de la Comisión de la Verdad, con quien sostuvimos una reunión el pasado 29 de junio sobre el informe que acaba de presentar dicha entidad. El presidente Iván Duque y yo, tuvimos la oportunidad de escuchar en detalle muchos de los elementos de ese importante informe y de presentarle a él nuestros comentarios. Sabemos que escuchar a las distintas víctimas y actores es una gran responsabilidad ética para esta Comisión de la Verdad, pues una paz verdadera requiere una verdad completa integral, objetiva e imparcial. Agradecemos los esfuerzos del padre de Roux y los demás miembros de la Comisión en ese sentido.

El pasado mes de abril, el presidente Iván Duque se comprometió acá, con ustedes, en que el balance de estos cuatro años de Gobierno no terminaría ese día, por el contrario, nuestro esfuerzo continuará hasta el último segundo de nuestro periodo. El balance que hemos podido registrar durante los últimos meses ha estado lleno de progresos y desafíos, a pesar de crisis completamente imprevisibles como la pandemia del COVID-19. Sin embargo, nuestro Gobierno mantuvo el compromiso de avanzar en la implementación.

Sabemos los retos que implica lograr una convivencia pacífica en cualquier país del mundo. Colombia no es el único país que ha pasado 2 por un proceso de transición que implica afrontar las dificultades y polarizaciones que se desprenden de muchos años de brechas sociales, diferencias no resueltas mediante los canales institucionales y el tremendo desafío de grupos y actividades ilegales. Pero hay algo que es evidente para todos: estamos recorriendo, de manera cierta e irreversible, el camino que debe acercarnos a esa sociedad justa, legal, segura, equitativa, desarrollada, solidaria y en paz que todos anhelamos.

El acuerdo firmado en 2016 y los esfuerzos del Gobierno en el marco de la política de Paz con Legalidad, incluyen una planificación juiciosa con hojas de ruta y presupuestos realizables, que el propio Presidente de la Republica lideró, junto con el anterior comisionado Emilio Archila y con nuestro actual comisionado Juan Carlos Vargas, quien me acompaña el día de hoy, a quienes agradezco su labor en la estabilización, consolidación e implementación de la paz de Colombia.

Estos presupuestos realizables para los próximos 10 años, sin duda, deben incrementarse, en la medida en que mantengamos el ritmo de crecimiento de los últimos 18 meses, que han mostrado a la economía colombiana con un desempeño sobresaliente en el contexto internacional, y que precisamente nos permitirán poder contar con más recursos y con más empleos, que generen condiciones de vida adecuadas para todos los ciudadanos.

Esperamos que el nuevo Gobierno continúe avanzando con indicadores de crecimiento económico similares, para generar empleos y recursos del presupuesto que permitan acelerar la implementación y evitar el riesgo de cualquier retroceso.

Colombia está hoy más cerca que nunca de la paz. El desmantelamiento del grupo guerrillero más antiguo del continente, la entrega de armas y la reincorporación a la vida civil de la mayoría de sus integrantes –porque lamentablemente sabemos que no todos se reintegraron, muchos de ellos se encuentran actuando en el narcotráfico desde Venezuela–. Pero, este partido político, de las antiguas Farc, que hoy se denomina Comunes, ha representado un éxito del cual los colombianos y también varias naciones de este sistema multilateral, y 3 especialmente los miembros de Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, hemos sido artífices y tenemos motivos para sentirnos orgullosos. Ningún obstáculo, a estas alturas, debe ser insalvable para continuar avanzando hacia la paz verdadera y plena de Colombia. Por supuesto, subsisten algunos obstáculos y tenemos que avanzar permanentemente en solucionar cada uno de ellos.

La implementación de lo acordado ha avanzado de manera sostenida y por esa razón, tanto el Secretario General como el Jefe de la Misión se muestran claramente optimistas en sus informes, nosotros también lo estamos. Colombia puede decir al mundo que la paz y la reconciliación son posibles cuando existe la voluntad política, la determinación de todo un país y el apoyo de la comunidad internacional. Nuestra sociedad ha sido duramente golpeada por la violencia terrorista, el dolor del secuestro, el reclutamiento de niños, como se ha mencionado en esta sesión de hoy, y también, por los delitos sexuales contra tantas mujeres en el conflicto. Pero una sociedad que ha sufrido tanto, por supuesto, está decidida a salir adelante, fortaleciendo sus instituciones y mejorando las condiciones de desarrollo económico, educación y empleo que aseguren un futuro próspero para los niños y los jóvenes de hoy y del mañana.

Nos sentimos orgullosos, pues tal como lo dice el Jefe de la Misión, Colombia eligió por segunda vez un presidente desde la firma del Acuerdo en el 2016 –no por primera como se señaló hoy– en un proceso electoral transparente y libre, que pone muy alta la solidez y la estabilidad de nuestra democracia, en el que los dos candidatos finalistas, se comprometieron a dar continuidad a la implementación del Acuerdo y, por supuesto, también como mujer me siento tremendamente orgullosa de que haya, por primera vez, una Vicepresidenta afrodescendiente, pero estoy de acuerdo con el representante de México, esperamos que muy pronto, Colombia cuente con la oportunidad de elegir a una presidenta. Estamos en un empalme con la nueva Vicepresidenta y hemos hecho un proceso decente, respetuoso, solidario y con mucha ilusión del éxito que ella tenga en ese cargo. 4

También nos produce gran orgullo el hecho de que la implementación no se haya suspendido, sino que avanzara de manera sostenida, a pesar del desafío del COVID-19, a pesar de los desastres del cambio climático y, por supuesto, a pesar de las grandes preocupaciones derivadas de la inflación de precios que se viene presentando en el mundo entero por cuenta de la más reciente crisis.

En medio de estas difíciles circunstancias, la economía colombiana ha sido una de las de mayor crecimiento en el año 2021, con 10,7% del Producto Interno Bruto, y la segunda economía de mayor crecimiento en los primeros cuatro meses de este año. Así mismo, según el reporte de la OCDE del día de ayer, ha sido la primera economía donde más se redujo el nivel de desempleo en los últimos cuatro meses, entre los 38 países miembros de la OCDE

La determinación de Colombia es clara: superar el conflicto y superar, de manera irreversible, los altos niveles de pobreza y marginalidad en algunas zonas que se superponen evidentemente con los cultivos ilícitos. No en vano, las 16 regiones priorizadas y la planeación realizada con enfoque territorial permitieron el desarrollo y conclusión de más de 1.400 obras de infraestructura y el diseño y planeación de 3.354 nuevos proyectos de vivienda, transporte, energía, acueducto y agua potable, para los cuales se asignarán regalías provenientes de los proyectos de energías renovables no convencionales y de hidrógeno verde, a los que nuestro Gobierno ha dado prioridad, con inversiones nacionales y extranjeras que han permitido multiplicar por 100 veces la capacidad instalada que encontramos al iniciar nuestro Gobierno y que llegará a un aumento de 200 veces a finales de 2023, gracias a los proyectos que deja este Gobierno avanzando. Tanto estas fuentes de regalías, como el presupuesto nacional, deben seguir aumentando para la implementación del Acuerdo, y lograr ese progreso más rápido en todos los aspectos propios de esta implementación.

Quiero mencionar que también es para nosotros motivo de orgullo haber entregado cerca de medio millón de hectáreas de tierra a familias campesinas, de los 3 millones a las que se refiere el Acuerdo. Durante los últimos 3 meses, tanto algunos miembros de las Fuerzas Militares como excombatientes de las FARC, participaron en audiencias de 5 reconocimiento de la responsabilidad por crímenes cometidos durante el conflicto y pidieron perdón a las víctimas. Esto no significa que hemos alcanzado la reconciliación plena, puesto que sigue presente el otro factor de violencia que sigue sembrando el crimen y la inestabilidad en los territorios como es el narcotráfico, pero los avances logrados no deben ignorarse ni subestimarse.

Las prioridades son claras: Colombia debe continuar mejorando cualitativamente las condiciones de reincorporación de los excombatientes; fortaleciendo tanto la justicia ordinaria como la justicia transicional incorporada en el Acuerdo, para lo cual es fundamental que la Jurisdicción Especial para la Paz, presente cuanto antes sus conclusiones y determine, por supuesto, las consecuencias y las sanciones, pero, sobre todo, decida la apertura y priorización de macrocasos para el reclutamiento de niños y la violencia sexual en el conflicto armado.

Como dijo el padre de Roux, el cuerpo de las mujeres no puede seguir siendo el tablero de guerra para ningún actor armado, como tampoco el reclutamiento de niños puede continuar de manera impasible, hemos sabido recientemente del reclutamiento de 82 niños por parte de miembros del ELN y otros actores armados en Colombia.

En cuanto a la reincorporación socioeconómica, ha sido un proceso desafiante. Hay más de 13 mil excombatientes que siguen avanzando en los distintos proyectos productivos, hoy contamos con 4.662 proyectos colectivos e individuales que vinculan a 9.412 personas que hacen parte de la reincorporación, 7.018 hombres y 2.394 mujeres, que tal como lo señalaba Jineth Lasso, en su intervención tan importante, esas mujeres con sus proyectos productivos son fuente de sustento para muchas familias, pero también son un factor para la estabilidad en los territorios.

Es de destacar la reciente adopción del documento de lineamientos para la ejecución de las sanciones propias y las medidas de contribución a la reparación, que evidencia la importancia de poner en marcha un arreglo institucional del Estado, principalmente entre el Gobierno Nacional y la JEP, respetando las competencias de todas las entidades.

Sin duda, la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional, en octubre de 2021, significó un reconocimiento a todo el sistema jurisdiccional colombiano, en cuanto a la voluntad, la capacidad institucional y la determinación de nuestros jueces de cumplir con los estándares internacionales que garanticen el respeto a los derechos humanos y la aplicación eficaz y transparente de la justicia, por eso logramos el cierre de esa investigación preliminar que duró 17 años en la Corte Penal Internacional.

La búsqueda de la verdad debe continuar y ha dado un paso significativo gracias a esta comisión de la verdad y al liderazgo del padre de Roux, en su presentación el pasado 28 de junio en un evento que, sin duda, tuvo una gran significación en nuestro país.

La Comisión trabajo con el pleno apoyo del Gobierno del Presidente Iván Duque y es una instancia no judicial, que cumplió con su mandato temporal concentrado en la investigación de los hechos sucedidos hasta la firma del Acuerdo; su informe debe servir para dar respuestas claras a las víctimas que han tenido que esperar durante tantos años, ante el silencio impasible de los victimarios para que ellos puedan conocer, quién, dónde y por qué, se llevaron a sus seres queridos y la esperanza de vida de miles de familias colombianas.

Dicho informe tiene un papel fundamental para que todas las víctimas, -sin excepción- de las familias campesinas, de empresarios, de los militares y policías, tengan acceso a la verdad reparadora, que al mismo tiempo debe servir para que estos horrores jamás se vuelvan a vivir. Por ello es fundamental, tal como lo hemos solicitado, que se adelanten con celeridad todas las investigaciones por parte de la JEP y se tomen todas las decisiones.

El padre de Roux, mencionó que en estos años no ha sido posible avanzar en lo que él ha llamado una “paz grande”. Esta paz grande se logra únicamente sobre unas bases sólidas de verdad, como usted lo ha dicho, desde la legalidad, que tiene que ir de la mano con el progreso social, que para nuestro Gobierno ha sido prioritario, a través de la búsqueda del emple. Sabemos que los colombianos, más que asistencialismo, requieren la oportunidad de un empleo, que es fundamental para lograr esa paz social y con legalidad, esa “paz grande”.

En cuanto a la seguridad, reitero -una vez más- que para el Gobierno y todas las entidades del Estado colombiano, la seguridad de los excombatientes y sus familias, es y seguirá siendo una prioridad. El objetivo es que haya cero amenazas y por supuesto que haya cero muertes.

Es necesario reiterar que, si bien estamos haciendo todo lo que se necesita en materia de desarrollo del Acuerdo, no debemos llamarnos a engaño, insinuando que esas otras fuentes de violencia obedecen solamente a incumplimientos del acuerdo, ni mucho menos a indiferencia del Gobierno. Lamentablemente, como todos sabemos, el Acuerdo no garantizó la información sobre las rutas del narcotráfico, ni la desactivación de los carteles que operan en Colombia y en otros países aliados con los carteles colombianos.

Mientras exista el narcotráfico, lamentablemente, seguiremos viviendo y sufriendo muertes, sangre y mucho dolor en Colombia, por eso, necesitamos una mayor cooperación de la comunidad internacional en la prevención contra el narcotráfico, en la persecución de las finanzas de los dineros de estas redes, a través de los paraísos fiscales, de las inversiones en activos inmobiliarios en activos financieros, porque para todos nuestros países, sin excepción, el narcotráfico es una fuente de inestabilidad y también es una amenaza para nuestros ciudadanos.

Colombia ha sido la principal víctima del negocio del narcotráfico que se extiende a través de organizaciones transnacionales del crimen, que son tremendamente poderosas, por esa razón, el narcotráfico hace más de 30 años, se convirtió en la principal razón de ser de los grupos de las Farc y el ELN en nuestro país.

Muchos de ustedes han abogado porque el próximo Gobierno desarrolle negociaciones con el ELN, también lo quiso nuestro Gobierno y lo quisieron muchos Gobiernos en el pasado, pero para ello hay que insistir en que deben suspender no solamente los secuestros, sino el 8 reclutamiento de niños, insistir en que cualquier negociación que se haga en el futuro, debe corregir ese vacío que tuvo la negociación con las FARC y debe exigir la información sobre todas las rutas y la logística del narcotráfico para prevenir cualquier violencia que siga en el futuro de nuestro país. Por esa razón seguimos trabajando todos los días a través de nuestras operaciones militares y a través de nuestros policías para perseguir el narcotráfico

En las recientes operaciones militares y posterior extradición de Otoniel, líder del Cartel del Golfo, sentimos nosotros ese apoyo de la cooperación internacional, el apoyo de Estados Unidos. Esa extradición la hicimos totalmente convencidos, pero también sabemos cómo posteriormente vino un paro armado violento por parte de los actores relacionados con Otoniel, afectaron 178 municipios, generando daños en contra de la población civil y la muerte de 24 personas, miembros de la población civil, así como innumerables ataques contra nuestra Fuerza Pública.

Voy a leer algo que escribí mientras los escuchaba. El Gobierno debe poner fin a la violencia contra los líderes sociales, por supuesto, nuestro gobierno rechaza cualquier tipo de violencia contra la población civil o excombatientes. Ningún gobierno democrático puede permanecer indiferente ante la muerte de civiles, militares, policías o cualquier ciudadano, pero hay que decir que el territorio colombiano es vasto, la geografía diversa y, por tanto, es difícil la presencia en cada lugar de nuestro territorio.

Que no se entienda que hay una ausencia deliberada en partes del territorio, puesto que sabemos que sería injusto asumir que las muertes que suceden en las escuelas o calles de otros grandes países o las muertes de migrantes suceden debido a la indolencia de sus gobiernos. Sabemos que es injusto, todos los gobiernos tienen grandes retos y por supuesto, tenemos que mejorar la presencia estatal en todos los territorios, de ahí la importancia de una cooperación internacional sincera, que comparta valores democráticos y que se alimente de experiencias y lecciones aprendidas, según nuestros propios retos.

La implementación del Acuerdo requiere de una mayor cooperación de todas las naciones en la prevención al consumo, y por supuesto, a la comercialización de drogas, y en la persecución de las finanzas ilícitas que se esconden no solamente en zonas rurales, sino también en zonas urbanas, en los países desarrollados y por supuesto en países menos desarrollados como el nuestro.

En el otro frente, el 27 de enero, la Corte Constitucional adoptó una decisión que tiene importantes repercusiones sobre la seguridad de los excombatientes. Nuestro Gobierno presentó ante la Corte un recurso contra la sentencia, el cual se encuentra en estos momentos en trámite. Sin embargo, mientras se decide este recurso, se ha estructurado un Plan de Acción especial que asegure la necesaria coordinación interinstitucional, bajo el criterio de atender permanentemente todos los puntos que el tribunal señala. También ha pedido el Presidente un trabajo permanente de las fuerzas especiales de la policía, para poder mejorar las condiciones de protección de todos los excombatientes.

En cuanto a la mujer, debo hacer referencia a uno de los temas que a nuestro juicio representa el mayor valor para la construcción de una sociedad en paz: la verdadera equidad de género, que no solamente tiene que ver con la presencia de mujeres en la política, sino especialmente con la presencia de mujeres en la economía, por eso celebro enormemente que Jineth se refiera a lo que ha sido el trabajo en nuestro Gobierno en el empoderamiento económico de las mujeres en Cauca, Caldono, Caloto, en todos los lugares de Colombia. Necesitamos mujeres que tengan autonomía económica, porque ello es fundamental para lograr mayores niveles de desarrollo, para acabar los casos de violencia.

Tenemos en la implementación de este acuerdo, distintos elementos para garantizar esa equidad de género. Hay 3.265 mujeres incluidas en el proceso de reincorporación y el 80% de ellas están vinculadas a proyectos productivos, que incluyen también espacios para el cuidado, de tal forma que puedan incorporarse a la vida productiva sin sacrificar sus deberes de madre.

De los 51 indicadores de género, el 26% han sido ya finalizados y el 74% tienen avances significativos. El avance promedio de la equidad de género en la implementación es del 56%, pero recordemos: llevamos 5 años, hacen falta todavía 10 más. Este 56% es muy superior a lo que se pensaba que era posible hace apenas cuatro años.

Para promover la participación significativa de las mujeres en la toma de decisiones en las organizaciones, es necesario continuar la sensibilización y capacitación con las distintas formas asociativas de cooperativas que venimos priorizando, no solamente en la implementación del acuerdo a través de ECOMUN, sino como una convicción que tenemos de que, a través de la asociatividad, podemos sacar a las comunidades campesinas del apuro de la pobreza. Así mismo, es oportuno continuar fortaleciendo todas las medidas de género en la planificación de los proyectos productivos y en los estatutos de las diferentes formas asociativas.

Señores miembros del Consejo, podemos tener diferencias en algunos de los datos o cifras reportadas, como lo reflejan por ejemplo las comparaciones entre periodos que no son comparables, pero más allá de cualquier diferencia, tenemos la total convicción de ese compromiso de implementar este acuerdo, para que logremos la culminación de todos los compromisos y, por supuesto, la consolidación de estos esfuerzos hacia la paz.

Entendiendo que este es un trabajo que debe permanecer por siempre en el futuro de Colombia, la nueva administración debe continuar por el mismo camino, fortaleciendo las instituciones, la economía, brindando garantías legales y políticas efectivas para todos los colombianos. El apoyo a las víctimas, el sólido trabajo en la reincorporación, la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, que ha sido exitosa después de cuatro años de esfuerzos, el desarrollo rural integral, el proceso de desminado humanitario, la implementación de perspectivas transversales, no sólo de género, sino también étnicas; las comunidades afrodescendientes e indígenas, tienen una prioridad en esta implementación.

En el texto de nuestra Constitución Política se señala que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, este es realmente el propósito de nuestra sociedad. El camino que llevamos recorriendo con la comprensión y la ayuda de todos ustedes, se enmarca en la intención de hacer efectivo este derecho fundamental, sin el cual, no seremos capaces de lograr unas mejores condiciones de convivencia. Hay que seguir avanzando en la verdad, en la legalidad y en la convicción que tenemos todos, ya que, a través de una mejor democracia, lograremos la paz definitiva para Colombia.

Colombia tiene la satisfacción de haber presentado este resultado electoral al mundo entero, pero sobre todo a nosotros mismos, con inmediatez, con transparencia, con absoluto respeto a la decisión democrática del pueblo colombiano, y por esa razón, tenemos la autoridad moral para insistir en todos los foros multilaterales en que todos debemos estar abogando permanentemente por la defensa de la democracia, pero también para decir en este Consejo de Seguridad, que nuestro Gobierno entregará el 7 de agosto, una democracia sólida con instituciones sólidas, una democracia estable; una economía sólida, una economía estable.

Es muy importante que este Consejo de Seguridad acompañe al próximo Gobierno para que se mantenga la misma solidez democrática, institucional y económica que permitirá a Colombia continuar avanzando hacia esa paz verdadera, hacia esa paz con legalidad.

¡Muchísimas gracias por ese acompañamiento que hicieron ustedes a nuestro Gobierno y por esta acogida siempre generosa, amigable y sincera a nuestra presencia en estas sesiones!